Porque tanto silencio, como comprender
lo que paso, que te hicieron dulce y grato amor; tus ojos como plato, tu mirada
son como gotas de agua que quieren invadir tus mejías, embebido por dentro.
Porque tanto silencio y tanto tiempo de
espera, que inundo tu vida quien te la arrebato, me guio de mis indicios.
Porque tanta desazón, que quieres
ocultar, ese llanto por dentro no te dejara en paz, si no la sabes despojar, no
es falta de confianza es querer ocultar.
Porque
ahuyentar los sabores agrios, los hombres también lloran, eso es vibrar,
ser humano que no entiende la vida.
Porque callar, porque no hablar, hazlo
si lo quieres así, pero no confundas el dolor con la valentía.
Porque, tú, comprenderás el sufrimiento
que vives, sufrimiento sin crecimiento, pero los hombres saben lloran,
lagrimear no es cobardía, es sentimiento, ungimiento del cual resulta que
tienes vida y razón.
Porque tras tu mirada y tu forzudo
cuerpo quieres ocultar lo vivido y lo que en algún momento no esperaste
vivirlo, los hombres también lloran.
Porque dulce y grato amor.
Jenny Sandra Muñoz Livio.
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