Una parte de una de las páginas de mi próximo libro, mi segunda novela...
Acacia coge sus manos de la quebrantada mujer y le dice
mirándola a los ojos, sujetando muy fuerte sus manos, le insiste… llora, llora
todo lo que quieras porque hoy será el último día que llores por ese hombre.
Te doy permiso para que llores solo hoy, no quiere que el
sol te queme, ni que la luna te enfríe.
Llora todo lo que quieras si piensa que él se lo merece,
ahoga tus penas…
Tu piel se calcina de dolor…
Tu garganta la sientes como un nudo sin poder respirar…
Tu pecho te duele y piensas que tu corazón va a dejar de
latir…
Tus piernas se doblan y piensas que caerás en el suelo…
Tus ojos ya no pueden ver porque están llenos de lágrimas…
Sufres, lloras por un amor no correspondido.
Calíope abraza muy ferviente a la afable Acacia.
Acacia corresponde a su abrazo.
Al poco rato Acacias se separa de ella y mirándola a los
ojos…
El amor no duele, no lastima, no nos hace llorar, no nos
hace sufrir el amor no es así mi niña.
El amor es un espejo y él no es tu espejo, dulce Calíope.
¿¡Él no es tu espejo!?
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